Pyongyang, primero de julio (ACNC) -- Hace poco, Japon dio a la publicidad el centro de informacion de patrimonios industriales, levantado en Tokio, donde exhibio los datos que niegan el trabajo forzado impuesto a los coreanos en la mina carbonifera de Hashima.

Desde hace mucho tiempo, los reaccionarios japoneses trataron de registrar los campos de trabajos forzados, incluso la isla Hashima, como patrimonios culturales de la humanidad de la UNESCO.

Pero, al tropezar con el fuerte rechazo de los nacionales y extranjeros, se vieron obligados a reconocer ese crimen en julio de 2015 y exponer ante la sociedad internacional su decision de "tomar las medidas apropiadas en memoria de las victimas" y "construir un centro de informacion de la historia en general".

Tomando en consideracion tal actitud, el Comite de Patrimonios Mundiales de la UNESCO adopto una resolucion aconsejando al gobierno japones dar a conocer la historia de los trabajos forzosos impuestos a los coreanos en cada establecimiento.

Sin embargo, una vez alcanzado su objetivo, los reaccionarios japoneses exhibieron sin escrupulos los datos falsos, que niegan su crimen, incumpliendo su promesa hecha a todo el mundo y la decision de la organizacion internacional.

Siendo un caso de tergiversacion cinica de la historia, eso constituye un insulto imperdonable a la nacion coreana y la sociedad internacional y un crimen antietico.

Desde el inicio de la explotacion, la mina de carbon de Hashima fue llamada por los mismos japoneses como tierra infernal debido a sus peores condiciones de vida y trabajo.

El imperialismo isleno llevo a esa isla, donde no sale ni el agua potable, a casi mil coreanos a quienes obligo los trabajos de esclavitud por mas de 12-14 horas al dia.

Los testimonios de un coreano salvado por un pelo y los japoneses que residian en los islotes cercanos y los datos del libro de un escritor japones evidencian los crimenes de los asesinos militaristas quienes maltrataron y mataron a los coreanos en esa isla.

Sin embargo, los reaccionarios islenos presentan los datos falsificados calificandolos de "declaraciones" de los residentes en esa isla y mienten que sus actos se basan en la resolucion y la recomendacion del Comite de Patrimonios Mundiales de la UNESCO, desafiando asi a la demanda de la humanidad sobre la liquidacion del pasado.

Los politicastros japoneses recurren freneticamente a la tergiversacion de la historia describiendo la correcta comprension sobre la historia criminal del archipielago como "concepto de reprimenda propia" para liberarse de su responsabilidad por los crimenes de lesa humanidad, embrutecer a los habitantes y lanzarlos de nuevo como brigada de choque de la agresion a ultramar.

Cuanto mas se obstinen ellos en la negacion de la historia y el renacimiento de militarismo, tanto mas fuertes seran la condena y el odio de la sociedad internacional que entenebreceran con el paso de tiempo el futuro del pais isla.

El gobierno de Abe debe dejar ahora mismo su tonteria y reflexionar sinceramente de su expediente criminal e indemnizarlo exhaustivamente cumpliendo su compromiso legal y moral.